Breña Sánchez, Matilde
abril 15, 2010
El artículo “La experiencia de las Becarias del Conacyt en el extranjero” no únicamente nos presenta un panorama de la experiencia individual de las seis mujeres consultadas, sino hace todo un preámbulo del proceso de inserción en México de las mujeres en la vida laboral, pero sobretodo académica tras concluir la licenciatura. Los datos estadísticos que presenta, aun cuando se trate de una pequeña muestra, son reveladores en cuanto cómo es que la sociedad mexicana y urbana ha hecho viable, en los últimos cuarenta años, esta posibilidad de desarrollo personal y en consecuencia de los distintos sectores y grupos sociales, pues es innegable que tras este periodo no hay prejuicios dentro de las instituciones universitarias por que las mujeres deseen instruirse y formarse académicamente. Es muy probable que si consideramos a la sociedad en general y más aun si incluimos el mundo rural, se encuentren todavía prejuicios de género cargados de actitudes discriminatorias, pero es satisfactorio el reconocimiento al aporte de las mujeres en las universidades y la apertura que éste conlleva.
El estudio se centra en el ámbito de las ciencias exactas, en el cual el porcentaje de las mujeres es menor con respecto a las humanidades, no obstante, el cambio producido no deja de ser loable para toda la comunidad. Es importante, como sociedad ocupada en su equitativo desarrollo, identificar a ciencia cierta las razones del drástico cambio en las estadísticas, pues se plantea como uno de los factores, la imposibilidad de los hombres a formarse por presiones económicas a muy temprana edad o el dejar de estudiar aquello del interés personal por la perspectiva de una pobre remuneración. Cualquiera de estos dos escenarios son dramáticos para una nación, ya que lejos de que los números presentados impliquen un desarrollo equitativo para todos los sectores, significan el deterioro económico y social por el que no ha dejado de transitar el país.
A comienzos de la década de 1970, la perspectiva de formación académica para las mujeres se contemplaba compleja y difícil por cuestiones de ideología y mentalidad que se traducían en prejuicios, en la actualidad el panorama es muy diferente pero no más sencillo, ya que en este lapso la economía del país no ha crecido, a diferencia de la población que ha mantenido un índice de crecimiento demográfico, cada vez menor, pero cuya consecuencia es que los recursos para financiamientos, becas e investigaciones resultan por demás insuficientes para otorgar trabajo y una remuneración decente al bajo número de investigadores (con respecto a la población total) que se preparan dentro y fuera del país. No cabe duda de que es la vocación y la voluntad de los individuos lo que ha propiciado que se incremente el número de programas de especialidad y posgrado en las universidades públicas o privadas.
Dentro de este contexto y con todas las limitaciones que lo condicionan, cabe reconocer que el Conacyt ha desempeñado un papel de suma relevancia para que el número de graduados y posgraduadas se multiplicara exponencialmente, al menos con respecto a la década de 1960. Estudios de estos niveles son difícilmente costeables sin la aportación de alguna institución, especialmente por la serie de compromisos que como adulto se deben afrontar. En México esta institución ha sido la responsable de financiar prácticamente a la totalidad de investigadores que laboran dentro del país, es decir, ha residido en ella el hacer viable y factible la preparación de las personas responsables de incrementar el nivel académico de las distintas escuelas, institutos y universidades del país. Desafortunadamente, este pequeño sector de la población no ha logrado transmitir y hacer ver su relevancia en el progreso y desarrollo equitativo de la economía de cualquier nación, muy probablemente esto se deba a repercusión que este reconocimiento implicaría para los intereses que han prevalecido en las últimas cinco décadas.
jueves, 15 de abril de 2010
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Estimada Mtra. Matilde Breña,
ResponderEliminarLa subdirección de Relaciones Públicas del INBA está ampliando su directorio de autoridades del Diseño y nos gustaría ingresar sus datos. Por favor comuníquese al 52 80 54 72 o bien a subrelacionespublicas@hotmail.com
un abrazo.
Lic. Rosa Ma. Camalich
Subdirectora de Relaciones Públicas INBA