HERNANDEZ ROMERO YISSEL
22 de Abril de 2010
Divulgar matemáticas
Comprender las matemáticas requiere el manejo de un lenguaje nuevo y preciso, aunado a la asimilación de reglas y excepciones que las rigen. Implica también un modo diferente de pensar y de abordar los problemas, por lo cual es necesario ser capaces de imaginar lo intangible, lo amorfo. Las matemáticas al igual que el diseño requieren por tanto de la imaginación para concebir líneas y curvas en el espacio, manipularlas para predecir su comportamiento ante situaciones específicas. Llegar a este nivel requiere práctica constante lo cual desafortunadamente se trunca cuando ciertas áreas del conocimiento limitan su uso y en otros las anulan completamente.
El reto de la divulgación científica en las ciencias exactas radica principalmente en la complejidad del lenguaje. Un ejemplo claro lo experimentamos durante la sesión pasada al hablar de la teoría de los conjuntos explicada matemáticamente. Los símbolos y números en el pizarrón –en un inicio- no representaban nada, la confusión se podía traducir en la búsqueda de repuestas que justificaran su aplicación con el diseño o la vida diaria. Posteriormente, al darle nombre a X o al asociarla con algo conocido fue que todo se volvió más claro: Y y Z tenían forma, color e incluso textura.
Puede decirse entonces que si la complejidad puede trasladarse a una aplicación real, los no matemáticos entenderíamos y apreciaríamos el valor real de dicho conocimiento. Obviamente, esto implicara la voluntad y necesidad del científico de compartir a la población en general. Posiblemente esto pudiera ser aplicado en la enseñanza a nivel básico y medio: cautivar al estudiante a través de las infinitas posibilidades de las matemáticas, de tal suerte que pueda vivirlas en su cotidianidad, no habría entonces un lenguaje especializado ni mucho menos elitista.
La frialdad de las ciencias exactas justifica su razón de ser: la objetividad. Carentes de tintes personales e ideológicos, las matemáticas son confiables y certeras sin importar la latitud donde se pretendan aplicar. Dentro de la investigación científica podemos emplearlas a través del análisis cuantitativo, el cual nos acerca a la realidad a base de datos medibles y comparables para la toma de decisiones (sin menospreciar el valor de la información provista por el análisis cualitativo).
Las matemáticas tienen mucho que ofrecer al diseño, desde elementos de inspiración conceptual: fractales, teoría del caos, combinatoria entre otros; hasta herramientas de predicción y resistencia estructural, así como en la investigación. Desafortunadamente el empleo de estas ha sido bastante limitado, un tanto por el conocimiento de los docentes y otro tanto por la resistencia de los estudiantes. Sin embargo creo que es posible revertir esta situación al modificar la forma en como se han transmitido este tipo de conocimientos, he aquí donde el diseño puede participar. Traducir teoremas y postulados a un lenguaje más “amigable”, ya sea a través de gráficas o incluso modelos tridimensionales. (Caracteres 3075)
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