Breña Sánchez, Matilde
abril 21, 2010
Reflexiones
‘Matemáticas’ es la materia que desde la infancia confronta a la mayoría de seres humanos, pocos son aquellos que tienen el interés y la paciencia que se requieren para su comprensión, especialmente en los primeros años de su estudio formal, cuando se presenta ese primer contacto que será determinante en la percepción y habilidad que se desarrolle al cabo de su práctica.
Existe en la actualidad un prejuicio general hacia esta disciplina por el rigor racional que exige, rigor que a su vez requiere de una serie de habilidades mentales que se adquieren en la niñez, de lo contrario, a una mayor edad será complicada su comprensión y desempeño.
Como bien señala el autor, la falta de imágenes visuales que reflejen lo que las matemáticas son, es lo que en buena medida ha provocado el desinterés y prejuicio en torno a su dificultad. Esta ausencia de imágenes es consecuencia directa de su grado de abstracción, la cual se caracteriza por ser inteligible y comprensible a partir de una secuencia de operaciones y argumentos, pero que por lo mismo requiere de una consistente capacidad de concentración, habilidad que actualmente se ve amenazada por la cantidad de distracciones que se generan en las ciudades, donde a su vez se encuentran los espacios propicios para la investigación y estudio de estos conocimientos. Aunado a ello la tecnología digital ha desarrollado una variedad de aparatos y juegos dirigidos a niños de todas las edades, que lejos de propiciar el desarrollo de esta habilidad, generan la incapacidad de construir una serie de argumentos que respondan a una misma lógica. A esto se le puede añadir la utilización de calculadores desde los cursos de primaria con la que se atrofia el cálculo aritmético, principio fundamental de cualquier especialidad matemática.
Antiguamente esta disciplina no era considerada una ciencia ya que a diferencia de la física, química y biología, su propia cualidad de abstracción, impedía e impide la experimentación y comprobación de postulados, sin embargo, conforma, por sí misma, un conocimiento fundamental para cualquiera de las tres ciencias mencionadas o disciplinas que contengan problemas numéricos. Desde luego su grado de complejidad dependerá de la naturaleza misma de cada una de las profesiones.
Como neófito en el tema de las matemáticas es muy complicado poder visualizar cómo es que éstas son la estructura fundamental de cualquier materialización, es decir, cómo es que prácticamente cualquier cosa se puede explicar a partir de la práctica matemática. Poder vislumbrar este hecho podría motivar el interés en su investigación y comprensión. Para ello sería indispensable hallar ejemplos asequibles para la mayoría, cuyo desglose de operaciones no sea complejo, de manera que puedan ser entendibles. Esta podría ser una estrategia pensada especialmente para la niñez, etapa de vida a la que debiera dirigirse la divulgación de las matemáticas, pues es el periodo en que las mentes se hallan abiertas y propensas a cualquier tema además de ser el momento en que se pueden contrarrestar los prejuicios que en su contra existen. De igual manera ayudaría a involucrarse con el peculiar lenguaje matemático y con el pensamiento abstracto, ambos, sin duda confluyen para una mejor comprensión del cosmos y enriquecimiento de la existencia.
miércoles, 21 de abril de 2010
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