ORTIZ ORTEGA ALEJANDRA
8-abril-2010
El sutil arte de detectar camelos
En este capítulo, Carl Sagan nos habla de cómo el hombre tiene siempre la necesidad de explicar su entorno, y de cómo aquellos aquellos fenómenos que escapan a su comprensión a veces suelen ser explicados confusamente, o con una serie de premisas falsas o que no pueden ser probadas.
Es en este contexto donde se da muy fácilmente el surgimiento de los fraudes por parte de personas interesadas que canalizan esta necesidad del hombre de explicarse el mundo que lo rodea para su propio beneficio. Estas personas normalmente no ofrecen pruebas reales y repetibles de los fenómenos de los que hablan, por ejemplo, las personas usualmente desean creer en la posibilidad de inmortalidad o de reencarnación, y existen algunos timadores que ofrecen “pruebas” irrepetibles de comunicación con personas muertas, mostrando así un terrible menosprecio por la inteligencia de sus clientes; pero esto se da a todos niveles, basta recordar en México, cuando a finales del siglo pasado hubo un asesinato político, el gobierno consulto a una vidente apodada “la Paca” para tratar de esclarecer el crimen.
Para luchar contra estos “camelos” o “timos”, Carl Sagan nos propone un serie de trucos: intentar comprobar independientemente los hechos, barajar y debatir más de una hipótesis sin comprometerse en demasía con ninguna (sobre todo evitar “enamorarse” de nuestra propia hipótesis y tratar de forzar los resultados para que se ajusten a los resultados esperados), cuantificar, checar que todos los eslabones de una cadena argumentativa sean sólidos y demostrables, hacer experimentos de control. Yo añadiría que a veces la memoria y los sentidos nos juegan continuamente malas pasadas, y es mejor, si es posible, tener todo el fenómeno a estudiar documentado o grabado.
Por otro lado, Sagan también nos propone “que no hacer” al tratar de detectar un “camelo”: tratar de atacar la argumentación, mas no al argumentante, creer en un argumento porque lo dice una “autoridad” en el tema, tomar como valido un argumento de consecuencias adversas o una llamada a la ignorancia, inconsistencias, preguntas sin sentido, y algunas más. Hay que tener especial cuidado al seguir una argumentación, ya que se puede tener una argumentación lógicamente sólida, con una premisa que podemos considerar verdadera, y sin embargo, llegar a una conclusión absurda. De cualquier manera, Sagan advierte que todos estos trucos y tips de detección de camelos pueden usarse mal, sacarse de contexto o aplicarlos rutinariamente sin dedicarle mas tiempo de pensamiento, sin embargo, bien empleados, esta serie de trucos son de gran utilidad sobre todo a la hora de evaluar nuestros propios argumentos.
Por último, me quedo con una pregunta: podría entender, aun cuando no la justifique, la necesidad de crear camelos; lo que no entiendo es esa necesidad de algunas personas de aferrarse a ellos, aun cuando se ha demostrado una y otra vez que no son ciertos.
jueves, 8 de abril de 2010
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