jueves, 15 de abril de 2010

ECHEVERRIA ARJONILLA LEONARDO - Lectura 6

15-04-2010

Lectura 6

La Experiencia de las Becarias del Conacyt en el Extranjero
Isabel Izquierdo

Es evidente que las mujeres no han tenido un camino fácil en el mundo de la
ciencia, el machismo ha ganado muchas batallas y estoy seguro que podemos recopilar
miles de anécdotas de injusticia y represión. Nuestro país ha superado en muchos
sentidos la situación de misoginia que se vivía hace algunas décadas, pero este tipo
de discriminación sigue ocurriendo y en ciertas profesiones es mayor que en otras.
Definitivamente es absurdo que hoy en día sigamos encontrando personas que piensan
de esta manera. Aún cuando se han creado leyes y se pueda denunciar este tipo de
represión, muchas veces las víctimas están entre la espada y la pared, pudiendo
perder su trabajo o la investigación que están realizando.

Es importante destacar, que según la experiencia de las científicas de este
estudio, la familia es un factor clave que en determinado momento puede influir
gravemente en la decisión de continuar o no con los estudios, con más impacto en las
que querían tener una estancia en el extranjero. Esta presión familiar creo ha sido
más fuerte para las mujeres, al caer en muchas la responsabilidad de mantener un
hogar y continuar con el papel que jugaba la madre. Sin embargo estos casos de
estudio son de superación y éxito, en el sentido de que pudieron desarrollarse como
científicas de alto nivel y algunas incluso formando una familia en el proceso, lo
cual tiene un gran mérito. Creo que los testimonios de estas científicas exponen
claramente la precaria situación que vive México en el desarrollo científico y
demuestra que mientras haya más participación e interés de parte de las mujeres, será
más fácil nivelar la balanza de igualdad de géneros.

La “fuga de cerebros”, es un fenómeno que se ha visto desde hace varios años, y
sucede con mayor frecuencia en países subdesarrollados que no cumplen con las
expectativas económicas y profesionales de una persona que logra un grado académico
en el extranjero. Por lo que no regresan a que se complete el ciclo del desarrollo de
conocimiento. Se vuelve una incongruencia, las carencias socio económicas son como
anclas para los esfuerzos del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) por
generar y desarrollar el conocimiento científico en nuestro país.
De acuerdo con las cifras del Conacyt desde que inició el programa de becas, en
1971, México ha perdido a más de 2 mil 100 científicos y una inversión de poco más de
mil 140 millones de pesos, pues de acuerdo con precios de 2004, la formación de cada
uno de ellos le costó al país 225 mil pesos anuales durante un promedio de tres años.

Dos ejemplos muy claros de la situación que se presenta en nuestro país son Irán y
Japón. Países con tradiciones culturales antiguas y riquísimas; sin embargo, después
de sacudirse heroicamente de una dictadura brutal (la del Shah), Irán escogió un
camino radicalmente anticientífico. En cambio, Japón terminó la segunda Guerra
Mundial derrotado y casi totalmente destruido, pero apenas 40 años después ya
funciona en nuestro mundo como un joven y poderoso gigante, gracias a que adoptó un
desarrollo basado en la ciencia y la tecnología. Creo que México no vive ni
cercanamente la situación catastrófica que vivió Japón después de la bomba atómica. Y
esto es una prueba contundente de que el progreso es viable, para lo cual “todos los
bueyes deben jalar de la misma yunta”.
Si los programa de apoyo del Conacyt no están siendo correspondidos por la
situación que se vive en el país, entonces se esperaría que se sometan a un análisis
para modificarlos y poder garantizar de alguna forma que los científicos que se están
desarrollando no quieran salir huyendo en cuanto les otorguen el grado. ¿Qué
esfuerzos realiza el Conacyt para evitar la “fuga de cerebros” en México? No conozco
la respuesta, pero el investigador Ruy Pérez Tamayo afirma que no se ha hecho nada
concreto contra este problema desde hace años y lo que es más triste aún es que no se
está haciendo nada actualmente.

Se ha clasificado de diferentes formas las facetas que implica la “fuga de
cerebros” y es importante reconocerlas. La “muerte prematura” ocurre cuando un
estudiante de maestría o doctorado decide abandonar sus estudios y dedicarse a otras
actividades, al verse decepcionado por los problemas de obtención del material y
equipo, para lo cual no ve una solución cercana. La “fuga interna” ocurre con el
abandono del trabajo científico por ocupaciones administrativas o de otros tipos. Lo
grave de esta situación es que al investigador no se le puede sustituir con otro,
porque no hay, mientras que el trabajo administrativo es menos especializado y por lo
tanto es más fácil encontrar a alguien más para que lo desempeñe. La “fuga externa”
es la faceta más conocida y a la que comúnmente se hace referencia. Consiste en el
exilio de los científicos mexicanos, que dejan el país y se van a vivir al extranjero
en donde encuentran mejores condiciones de trabajo como lo mencionábamos. (Fuente:
Tamayo, Pérez, Ruy. “Acerca de Minerva”. XXIV. La Fuga de Cerebros. Ed. FCE. México.)

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