jueves, 8 de abril de 2010

EL SUTIL ARTE DE DETECTAR CAMELOS – “El Mundo y sus Demonios” Carl Sagan.

Pinedo del Barrio Mariana.
Jueves 08 de abril del 2010.

EL SUTIL ARTE DE DETECTAR CAMELOS


El poder de lo que se argumenta y la posible influencia en el comportamiento de la sociedad y del entorno que te rodea, es una razón de gran peso para que pensemos con cuidado lo que decimos y las conclusiones a las que llegamos, para que lo que nuestras palabras expresen no sea sólo porque tenemos que opinar, sino que sea algo realmente valioso, que de verdad aporte y que no confunda a las personas.

La verdad es infinita, por más posibles respuestas que se puedan tener a una pregunta nunca tendremos suficientes (es decir, infinitas) y tal vez ninguna de esas sea completamente real (que es lo más probable), la mayoría de las veces sólo tenemos una pequeña parte de la respuesta, o una afirmación que sólo explica cierto número de fenómenos y que nos sirve durante un tiempo pero, eventualmente, se encuentra alguno que es una excepción y entonces volvemos a preguntarnos y así una y otra vez entrando en un ciclo infinito de preguntas y respuestas, de experimentos, de prueba y error.

Eso sí, esta pequeñísima parte de verdad, este “diferencial” de verdad que vamos acumulando y al que llamamos conocimiento, es el que nos ha permitido ir evolucionando, el que nos ha permitido aprovechar las herramientas y materiales que tenemos de una manera que nosotros creemos que nos beneficia, ha hecho que la vida sea más cómoda; asimismo, poco a poco también hemos descubierto cómo muchas veces utilizamos este conocimiento y esta tecnología sin saber exactamente las consecuencias que ocasiona, para después tratar de solucionar los problemas causados por nuestra misma ignorancia y por nuestra misma soberbia, por pensar que somos amos y señores del mundo.

Es por ello que pienso que tenemos una gran responsabilidad cuando tratamos de solucionar algo, cuando proponemos nuevas maneras de hacer las cosas, cuando damos posibles respuestas, tenemos que pensar cuál de todas ellas es más benéfica y si posteriormente no va a causar más inconvenientes de los que está solucionando; es nuestra obligación responder una pregunta de distintas formas, evaluar las respuestas, ser objetivos con nosotros mismos y saber cuando una idea debe ser descartada y no sólo seguir con ella por amor propio y sobre todo a nuestro ego.

Ese es el problema de muchas respuestas falsas y sin sustento, de los camelos, que las personas hacemos hasta lo imposible por seguir creyendo lo que siempre hemos creído o por seguir teniendo un beneficio de esa “mentira” o “verdad a medias”, porque nos es más cómodo quedarnos ahí, porque nos es más fácil inventar argumentos que aceptar que estamos mal y porque nos cuesta mucho trabajo aceptar que: somos un seres humanos y por más que nos esforcemos no conoceremos toda la verdad, la absoluta verdad. Y con ello no sólo nos engañamos a nosotros mismos, muchas veces se engaña a la comunidad entera, que también tiene parte de culpa por creer las cosas sin razonar y por seguir lo que dicen unos cuantos como borreguitos.

Como conclusión me quisiera quedar con la idea de que lo realmente valioso es seguirse preguntando, aún cuando se crea que ya se tiene la respuesta correcta, seguir abriendo las puertas a otras hipótesis y a otros puntos de vista y que cuando nos demos cuenta que algo está mal lo aceptemos y sigamos adelante, porque sólo así se va a generar un verdadero conocimiento, conocimiento que nunca terminará de generarse por lo infinito de la verdad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario