Mayra Thelma Urrieta Rosales
28 de abril de 2010.
Ciencias y humanidades ¿Mundos separados?
Esta lectura introduce parte de la vida y logros de Charles Percy Snow, a quien es de admirarse un currículum impresionante, ya que a la edad de 25 ya tenía una licenciatura en química, maestría en ciencias, doctorado en física, y además, fue nombrado miembro del Consejo de Cambidge. Posteriormente, Percy empezó a dedicar más tiempo a lo que él llamaba su verdadera pasión: la Literatura.
Snow publico sus ideas en la época cumbre de la Guerra Fría, aun cuando estaba también muy reciente el recuerdo de la Segunda Guerra Mundial, conflicto bélico en el que la ciencia y tecnología tuvieron una participación magistral, dejando en la gente plasmado el pensamiento de que con “la ciencia y con la tecnología” se podían solucionar los problemas del mundo; sin embargo, con ninguna de esas dos vertientes se puede llegar a entender a la condición humana, su estudio era exclusivo de la literatura y la filosofía.
De ahí que Snow, entre sus publicaciones, consideró que la ruptura de la comunicación entre las ciencias y las humanidades, es uno de los principales obstáculos para resolver muchos males del mundo. Percy les llama a las ciencias y humanidades “dos culturas”… y aunque muchos han notado ésta situación, nadie le había dado el peso que se merece esta acepción. En la lectura incluso se menciona que “dos culturas”, fue como “apretar el gatillo”; con lo que se infiere que ya se había considerado en un panorama separado a la ciencia de las humanidades, puesto que “a pistola ya estaba cargada, sin seguro, y apuntando a su objetivo, y solo faltaba “apretar el gatillo”.
Con lo anterior, Percy lo que hizo fue revivir una controversia que cambiaria la visión de la educación, y manifestó que: “ No hay pretexto admisible para dejar que otra generación sea tremendamente ignorante o este tan desprovista de comprensión y humanidad como nosotros”.
No obstante, con tan solo darse cuenta de “dos culturas”, no se resolvía el problema de convergerlas en un solo centro, por lo que Snow añadió un nuevo ensayo: “la tercera cultura”; en donde optimistamente, sugería la posibilidad de un tipo puenteo entre la ciencia y las humanidades; para ello, se incluían ya a los científicos, que lejos de ser escritores literarios, serían formadores de opinión, puesto que se comunican con el publico por medio de libros que influyen en las generaciones actuales.
No es tan aventurada ni mal pensada la idea de Snow en poder hacer de la ciencia y las humanidades un solo mundo, y mas si se quiere educar a nuevas generaciones con formación investigadora y con reglas morales y humanas, que es a mi parecer, la mejor combinación; talvez su trabajo sirva para hacer de la educación una unidad.
Es de advertirse que en la actualidad, la educación da mas peso a la “ciencia”, tan es así que las clases de civismo han desaparecido de las escuelas; sin embargo, el quitarte la parte humanista, es como negarnos a nosotros mismos, porque somos humanos, llenos de emociones y sentimientos muchas veces no cuantificables, dado que no puede medir el grado de tristeza o alegría que sentimos, solo se puede medir que la sentimos; por lo que no podemos volvernos ciencia pura.
En el caso de “Dios”, la parte humanista lo explica muy bien, y todos nosotros entendemos la existencia de un ser supremo que nos ama, nos protege y hasta nos castiga; no obstante, con la ciencia, “Dios” es cuestionable, no es comprobable ni es cuantificable; por lo tanto, de acuerdo a la ciencia, no se puede aseverar la existencia de Dios; pero, no será mas bien que éste tema de les sale de las manos?, no será que como no pueden cuantificar el grado de fe o amor, su postura se vuelve más rígida y mas exigente? O no será más bien que su afán de demostrar que un Dios no existe, esta liderado por un afán de presumir superioridad, intentando así ser nuestro Dios (es) comprobable(s)?
En éste momento, me viene a la cabeza un ejemplo actual de ciencia sobre humanidad, la interpretación del “Dr. House” (serie televisiva), en donde Dr. House ostenta a la luz de todos, una postura investigadora, que juega con la ciencia porque la conoce perfectamente, y puede resolver interrogativas en el área médica de manera asertiva y fidedigna; pero su parte humanista esta olvidada, él se presume controlador y manipulador de las emociones y sentimientos, dándoles una explicación lógica a todas las actitudes, propias y ajenas; sin embargo, su vida personal esta hecha un caos, su esposa lo dejo, su equipo médico no lo quiere, a su mejor amigo (y el único), lo desespera, su jefa no le entiende y a sus pacientes, en muchos casos, les da una atención fría y deshumanizada. Resultado, se tiene a aun buen científico y a una mala persona.
Se dice muy simple, pero en realidad no se sabe el trabajo que implique el pretender tener “tres culturas” (Snow, 1963), o mejor aun, las tres en una; sin embargo, en los siguientes ejemplos se puede decir que se llego a esa convergencia de la que se mencionó con anterioridad (ciencia+humanidades); los Lasallistas y los Maristas ubicados en instituciones escolares, proveen de una educación de alto nivel y además introducen en los alumnos el respeto a Dios, a la moral y a las buenas costumbres; otro ejemplo, la educación en Japón, pone especial cuidado en su religión y templos, sin descuidar para nada la ciencia y la tecnología, teniendo así un respeto peculiar para ambas vertientes.
En conclusión, creo que partiendo sobre una plataforma humanista se puede proyectar una educación científica.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario