URRIETA ROSALES MAYRA THELMA
07 DE MAYO DE 2010
EL ARTE DE HACER INVESTIGACION, Una visión personal.
La lectura propuesta por Ely, manifiesta casi como en un cuento de hadas, el trabajo que desarrolla un investigador desde un punto de vista “dulce”, tan dulce que hasta se antoja comerlo pronto, ya que se percibe como un descifrador de misterios de la naturaleza, el descubridor del ya tan famoso hilo negro… y viéndolo desde ese punto de vista, un investigador no esta tan lejano de un Diseñador Industrial, dado que nos autonombramos resolvedores de problemas, somos como socorristas de la sociedad y de sus necesidades; me empiezo a emocionar con esta semejanza diseñador-investigador; es mas, tal vez suene a presunción, pero empiezo a sentirme toda una investigadora…
En la lectura, se menciona como es que la investigadora Christiane Dosne Pasqualini, llego a sentir ese motor interno que motiva a buscar algo mas, y después algo más… El impulso básico de la vida: deseos y anhelos!!, esa cantidad de ideas y pensamientos que se transforman en emociones, es lo que te conduce a realizar las cosas que quieres, es lo que te motiva a no claudicar, y es precisamente lo que hace alcanzar e incluso rebasar tus sueños.
Sin embargo, para llegar a desear algo, siempre hay algo atrás, un porqué, un transfondo, En el caso de la autora, tal vez sea hasta genético, ella viene de una familia de investigadores, por lo que resulta fácil pensar que la información y la formación la tiene ya en casa. Ese tipo de vida se le hacía tan común que probablemente, desde que ella recuerda, así era una vida “normal”, como casarse y tener hijos; no obstante, aun con toda esa herencia de genes dotados de aptitudes dirigidas a la investigación, todavía faltarían ingredientes importantes, para consolidar a un investigador, considero, al igual que la autora, que deben converger también en esta misma receta para formar investigadores, la vocación, el ambiente propicio, la suerte, y además, añadiría yo: auto motivación, visión, perseverancia y tiempo; conjugando todos éstos elementos creo haber encontrado la combinación exacta para que un investigador se desarrolle y desarrolle su trabajo, su “arte”.
Asimismo, concuerdo con la investigadora, que también tienen mucha participación en ese quehacer “formador de científicos”, las personas que admiras o las que te alientan y motivan a seguir en el camino del desarrollo científico, esa especie de “ídolos” o “héroes” de los cuales nos llegamos a volver sus fans. Si observamos bien, tal vez en éste sentido, la imitación no es tan mala, como cuando imitamos diseños; en éste sentido puede ser el jalón que sin darnos cuenta, nos impulsa, aunque viéndolo bien, no es imitación en un sentido estricto, cada cabeza es un mundo, y por lo mismo si se tratara de imitar a un “ídolo investigador”, el resultado no sería un “ídolo investigador” con las mismas características que el primero, tal vez se puedan heredar técnicas, métodos o hasta libros, pero la asimilación y el análisis de cada persona es diferente. Sin embargo, si un científico no transmite, al menos teóricamente, sus ideas a algún discípulo, probablemente sus ideas serán olvidadas.
Los “ídolos” o “héroes” pueden ser también parte de los ingredientes de los que hablaba con anterioridad, tal vez son los dadores del sazón de nuestro platillo final, la sal y pimienta!!!. Muchas veces perdemos la tenacidad para continuar y seguir dirigiendo nuestro interés hacia donde un inicio se había establecido, y son nuestros ídolos o héroes los que nos pueden hacer recuperar nuestro enfoque. En lo personal, no veo mal poder agarrarnos de ellos, en un inicio son como iconos inalcanzables, pero después son ejemplos a seguir, y son ejemplos alcanzables; de hecho precisamente fue un ídolo o héroe el que sin darse cuenta, me motivo a no estancarme profesionalmente, y aunque me encontraba en un estado cómodo, tranquilo y seguro, sentía que me faltaban cosas por hacer, llegue a un tipo de frustración en cuanto a educación se refiere, pero mi héroe me abrió una visión o un panorama diferente al que ya me había fabricado… No lo había dicho antes, pero gracias Eugene por haber sembrado en mi esa fuerza de seguir y seguir, hasta poder convertirme en un investigadora profesional, y hacer que mi motor interno volviera a ponerse en marcha.
Finalmente, en la lectura se expone que el investigador por naturaleza es individualista y que además necesita de amplia libertad… difiero en lo primero pero en lo segundo no; ya que por un lado, el investigador en sí, es un ente que forma parte integrante de una sociedad, y quiera o no, su trabajo esta dirigido a ella y a sus problemas, por lo tanto no puede ser individualista; por otro lado, interpreto que mas bien lo que puede llegar a ser individualista es su modo de trabajar, sus métodos, pero no es si el investigador. Por último, la amplia libertad es pieza importante en este quehacer científico, si se quiere crear, innovar o solucionar, hay que tener espacio abierto y acceso a las herramientas necesarias además de tiempo para reflexionar y analizar… De lo contrario se entorpece el desarrollo. Lo interesante sería ahora preguntarse qué hacer si no se tiene esa libertad… hay que crearla!!! Nos rentamos para solucionar problemas no?
En general, me pareció una lectura sencilla y de fácil digestión, con un toque tierno y motivador; sin embargo no la veo muy alejada de la realidad, ya que aun cuando no descendamos de una familia de investigadores que nos haya dotado de genes científicos, podríamos canalizar los que tenemos y orientarlos hacia donde queremos, podríamos buscar y llegar a los demás ingredientes, y hasta con un mejor sazón …
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