MARTÍNEZ ESPÍNOLA EDGAR ELIEZER
MAYO 13, 2010
Presos de la tecnología. Alan Cooper
Pues al parecer todo apunta a que el resultado de cruzar una computadora con algo, será una computadora, y es así, los ejemplos que nos presenta el autor en el texto son sólo algunos que efectivamente los objetos de uso cotidiano, son computadoras, uno más serían los teléfonos celulares, son unas minicomputadoras en nuestras manos, que llevamos todo el día con nosotros y pasa lo mismo, siempre que lo necesitamos o cuando más urgencia tenemos, fallan.
Es cierto que el avance tecnológico hace que los objetos cotidianos tengan mejoras, pero debería de ser esto tener mejoras, pero parece lo contrario, pues cuando adquirimos un teléfono celular, una televisión o cualquier otro aparato, tenemos que leer el instructivo que muchas veces es del tamaño de una tesis, para saber cómo usar el dichoso aparato, otra, para saber que podemos y que no podemos hacer con él; muchas veces aún cuando ya leímos todo el manual detalladamente, no aprovechamos al 100% el nuevo artefacto que adquirimos, por poner un ejemplo, mi laptop en uno de los costados tenía una pieza de plástico metida en una ranura, no sabía para que servía, hasta que vi a otra persona sacando un control de la misma ranura de su computadora de la misma marca que la mía, y así como éste, hay muchos ejemplos, como se menciona en el texto, unos, llamémosle “inofensivos” y otros que pueden detener la productividad de una empresa y otros que pueden llegar a ocasionar la muerte.
Estas situaciones podrían ser menos trágicas o hasta podrían evitarse si se hicieran pruebas finales de la interacción con los usuarios, o desde antes de desarrollar el producto, si se hicieran estudios de esta interacción para conocer las necesidades del usuario final y así diseñar, desarrollar el producto en base a la satisfacción de esta serie de necesidades determinadas por quien va a usar el producto.
Alan Cooper nos presenta un ejemplo en cuanto a funcionalidad, el de su navaja y el control para abrir su auto, en el que nos dice que a simple vista, el control debería de ser más fácil de usar, pues es más sencillo y con menos elementos, a diferencia de la navaja, que es más compleja, pero todo resulta al revés, pues instintivamente el uso de la navaja se da naturalmente y para usar el control, se debe de aprender a hacerlo. Con muchos de los aparatos y objetos que tenemos nos pasa lo mismo, o muchos de ser simples y fáciles de manejar, se convierten en aparatos complejos en su manejo y uso, ¿qué no debería de ser al contrario? el uso de los aparatos debería de ser más amigable conforme se va avanzando a nivel tecnológico, creo que es por esta situación que muchas personas más grandes de edad, les cuesta trabajo adaptarse a los nuevos aparatos y no quieren intentar probar los nuevos aparatos, pues es muy complejo utilizarlos; y no sólo estas personas mayores, ya lo leíamos en el texto, los empleados de las líneas aéreas, preferían tomar vuelos cortos vs los transoceánicos con tal de evitar utilizar el nuevo sistema de entretenimiento que se había instalado en los aviones o simplemente se disculpaban con los pasajeros al no poner a funcionar dicho sistema sólo por evitarlo.
Considero que para evitar estas situaciones, se podría realizar un trabajo interdisciplinario, donde los ingenieros, que por lo regular son quienes desarrollan todo este tipo de sistemas, podrían trabajar en conjunto con diseñadores, quienes tienen la formación de enfocar el producto a cubrir las necesidades del usuario, así mismo contar con la intervención de antropólogos, sociólogos, psicólogos, mercadólogos y quienes fueran necesarios, para desarrollar productos más amigables y útiles al público.
Considero muy importante, en cuanto al diseñar (lo que sea), que no se debe obviar nada, no se debe pretender que el usuario final sabrá instintivamente como usar “X” producto.
jueves, 13 de mayo de 2010
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