GONZÁLEZ BÁRCENAS JAIME
27 DE MAYO DEL 2010
“The art of innovation” Tom Kelley
Lectura 12.
Observar lo que hace la gente.
Dicen que en la Grecia clásica un aprendiz se le acerca a Sócrates y le pregunta: ¿Maestro como hago una buena flauta? Y con sabiduría él le responde: “ve y pregúntale a un flautista”.
De esta tradición los diseñadores modernos parten y conocen que para proyectar o mejorar los productos es útil e indispensable acercarse al “usuario”, identificarlo, e interrogarlo (incompleto según la concepción de IDEO ya que no es suficiente preguntar), y en concordancia con la estrategias de este artículo, observarlo para conocerlo.
Cuando el diseñador de productos se integra a un grupo para la creación de los nuevos productos, su visión y sus objetivos se complementan, pero tambíen se diferencian en “la orientación”. Por ejemplo, mientras que los ingenieros vuelven su “mirada” al producto, los diseñadores suelen enfatizar la “mirada” hacia el usuario.
Las escuelas de diseño, y atendiendo a la importancia de identificar y conocer al usuario, han incluido como parte de sus métodos, la observación “in situ” y la entrevista o interrogatorio como herramientas útiles para conocer de sus necesidades e identificar sus deseos. Esto es parte del proceso “normal” de desarrollo de productos para el diseño.
En una película (recomendable) de origen sueco llamada “Historias de cocina” se menciona la existencia en los años 50s. de un instituto para el hogar, donde una de las actividades fundamentales es la “observación”. El tema del film gira alrededor de un estudio de movimientos en la cocina de los hombres que viven solos. Advierten que antes ya se ha desarrollado otro similar para las mujeres y, para entusiasmar a la comunidad que será observada, comparten el resultado producido: una disminución sustancial del recorrido o los desplazamientos, que acumulados, hacen una diferencia de kilómetros entre caminar solo hasta “Italia en vez de tener que alcanzar el Congo” (se supone que el punto de partida es Suecia). Me parece relevante resaltar la existencia de un “observatorio para las actividades domésticas” en un país en la década de 1950 (podría ayudar en la explicación de algunas diferencias)
Aunque no existe un lenguaje único y es evidente la ausencia de “términos” comunes entre los diseñadores, existe la idea del “análisis del uso”, que aunque acepta diferentes nombres, tiene el mismo sentido: intentar, de manera formal y sistemática, recabar información por medio de la observación de aquello que las personas hacen y que es fundamental en la gestación de un proyecto para ajustar correctamente los productos a sus necesidades y expectativas.
La estrategia de IDEO coincide en mucho con esta intención, tiene otro nombre, “human factors” o “human inspiration” (-es-evidente-que-les-conviene-disponer-de-una-forma-original-que-los-diferencie-del-resto-) y la han perfeccionado, se puede deducir, con la mirada minuciosa de la Psicología (Jane Fulton).
Destacaría sus técnicas: “Being left-handed” (imaginarse zurdo facilita empatizar con las necesidades de los otros); “Observar a los productos en acción” (entender los productos como verbos –como artículos animados que la gente incorpora a su vida- y entonces se estará mejor sintonizado con cómo la gente usa los objetos, los espacios y los servicios). “Croos-polinate” (la polinización cruzada que consiste en traer conceptos o ideas de otros campos –campos-queda-bien-para-la-polinización- para transformar los productos); y “Neeting a bug list” (enlistar aquello que nos molesta cuando usamos un objeto o realizamos una tarea).” Adopte al usuario loco” (personajes singulares que no siguen las reglas, sino que crean o modifican su entorno de forma singular y así traen a la superficie aquello que la gente normal desea).
Dicen: Todo comienza con una mirada y mantenerse cerca de la acción, para descubrir posibilidades de innovar. “Ver y escuchar con tus propios ojos y oídos es el primer paso para mejorar o crear un producto revolucionario”. Mientras observa a la gente en su ambiente, no solo debe buscar los matices de su comportamiento, sino también trate de inferir sus motivaciones y emociones. Una buena observación combina la mirada cuidadosa con la preguntas ¿Por qué? para entender la psicología de la interacción entre los objetos y la gente.
Las buenas compañías y los buenos consultores (los buenos diseñadores y los buenos científicos) deben ser astutos observadores de personas, grupos, organizaciones, tecnologías y tendencias. Así es posible descubrir patrones o singularidades.
Estoy totalmente de acuerdo.
miércoles, 26 de mayo de 2010
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