jueves, 8 de abril de 2010

LECTURA 5

GAYTÁN LÓPEZ LETICIA
8 de Abril de 2010
Hablando de camelos

De alguna manera desde el inicio de la humanidad, los individuos han buscado explicarse el sentido de su existencia en el mundo que lo rodea, al principio fue más sencillo atribuírselo a explicaciones que de alguna manera siempre fueron basadas en la fe. La noción de trascendencia del espíritu o de la esencia de un individuo proviene desde ya mucho tiempo atrás. Por ejemplo se tiene conocimiento, basado en evidencias científicas, que los Neandertales enterraban a sus compañeros bajo una especie de rito, esta de más decir que los neandertales no son considerados antecesores directos de nuestra especie, los Neandertales enterraban a sus muertos con flores, los cuerpos eran decorados con pigmentos vegetales además de que eran colocados en posición fetal, lo que apunta a un rito de paso hacia un mundo más allá del conocido. Si los neandertales, llegaron a tener comportamientos como el anteriormente descrito; no se podía esperar menos del Homo Sapiens Sapiens. ¿verdad? La trascendencia del “alma”, del espíritu, o de la esencia es un tema que ha ocupado a numerosas investigaciones, lo cual puede llegar a ser sorprendente si reparamos en el hecho de que no existe ninguna prueba material que pueda confirmar o refutar sin lugar a dudas que haya trascendencia después de este mundo material tal como lo conocemos. Si todo lo descrito anteriormente es basado en algo en lo que realmente no se tiene certeza alguna pero es base de varias de las religiones y dogmas de la civilización actual; que podríamos esperar de cosas más simples o porque no decirlo banales. Si se “maquillan” los dogmas de una fe, los productos ofrecidos a los consumidores y la política porque la ciencia debería estar exenta de esta practica, que parece ser tan generalizada. El autor brinda una serie de “consejos” acerca de cómo detectar estos posibles engaños, lo cual me parece útil, para muchas aplicaciones además de la ciencia, a veces la vida diaria parece un proyecto de investigación lleno de conjeturas no probadas y de estimaciones que algunas veces son disminuidas o por el contrario son sobrestimadas. Pero volviendo al tema principal que es el quehacer científico, la parte que más disfrute de la lectura fue los ejemplos de la retórica y la lógica, lo cual considero que es un arte sutil pero devastador, si es bien empleado, tanto en las ciencias como en las relaciones interpersonales. Entonces, ya que podemos detectar camelos, ¿Qué debemos hacer con ellos? ¿Desecharlos todos? ¿Tomar como propios los que nos resulten convenientes? ¿Algunos asuntos es mejor dejárselos a Di-S o a un ente o fuerza más allá de nuestro entendimiento? La respuesta – desde mi punto de vista- podría encontrarse si buscamos en la memoria aquellos camelos que nuestros padres no inculcaron y que de alguna manera se reflejan en nuestro proceder presente y puede que también en el del futuro.

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