TORRENTERA TORRENTERA YAZMIN
25 de Marzo del 2010
FALLING IN SCIENCE
Objects in mind
Estas lecturas nos confirman de manera práctica lo que leímos en lecturas anteriores, lo importante de las experiencias, las impresiones y la relación con los objetos en la infancia en la formación de científicos.
La crítica y la descripción del libro lo dice todo -“Muestra de manera brillante el poder de los artefactos que cambian la vida y el mundo”- cómo los objetos encontrados o usados en la niñez formaron ingenieros, científicos y diseñadores.
Es curiosa la manera en la que el entorno familiar, el contexto social, pero principalmente las impresiones y estímulos con los que estamos en contacto en etapas tempranas marcan el desarrollo intelectual y científico de las personas.
Seguramente, la mayoría de nosotros tuvimos contacto con algo en nuestra infancia que nos dio bases para dedicarnos a lo que hacemos. Uno de mis objetos preferidos cuando no estaba jugando con mis hermanos (por que llegaban a destruir mis creaciones) fue un sistema de bloques muy similar a LEGO, no recuerdo exactamente el nombre.
A diferencia de los dos ejemplos que tenemos en las lecturas, mi interés no se dirigía a hacer modelos de barcos o de sistemas más complicados, mas que nada se dirigió hacia la construcción de modelos de casitas, edificios. Como maquetas de pequeñas ciudades donde desarrollaba mi juego. Claro, siempre tratando de hacerlas “bonitas”, combinando bien los bloques de colores, etc. Y resistentes (al juego y al paso de mis hermanos). Mientras jugaba con eso jamás me imaginé que terminaría siendo arquitecta, pero seguramente esto fue la base de todo.
La pregunta que me viene a la mente ahora es si tendremos ya una especie de predisposición genética que nos define y es por eso que nuestra atención y gustos se enfocan en ciertas actividades, o cualquier niño que es estimulado con éste tipo de juegos y actividades puede generar un interés hacia alguna disciplina relacionada.
De todos modos, sigo pensando que es sumamente importante y necesario que sigan existiendo este tipo de cosas, que a los niños se les fomente la creatividad y la curiosidad. Hay distintas maneras de lograrlo y en la lectura pudimos ver dos. Timothy Bickmore vivió su niñez en un circo, que es un ambiente de mucha movilidad y obviamente de creatividad para desarrollar los actos y performance, pero no sólo se quedó con eso, su pasión por los lasers comenzó en una visita al planetario (seguramente sus padres lo llevaron) y ésta pasión lo llevó a realizar cosas importantes y después a ser un hombre de ciencia. Para Scott Brave y Joseph Kaye, el jugar y construir modelos con LEGO les ayudó a desarrollar capacidades necesarias para su desarrollo profesional.
Definitivamente, estoy de acuerdo con la frase de que el amor por la ciencia comienza por el amor a un objeto. Estamos rodeados de objetos, sólo nos hace falta observarlos y hacernos preguntas, para despertar nuestra curiosidad y tratar de descubrir el por qué de las cosas que nos interesan por medio de la investigación y la ciencia. Como lo hacía Scott Brave y lo hemos hecho muchos cuando niños con los objetos que deshacía para ver su funcionamiento.
A veces es necesario tratar de ver el mundo a veces un poco con los ojos inocentes de un niño, para buscar la sencillez y no dejar de hacer preguntas, volver a tener capacidad de asombro.
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