jueves, 18 de marzo de 2010

La educación

ECHEVERRÍA ARJONILLA LEONARDO

18-03-2010

La educación

El maestro debe probarse a si mismo, deben demostrar su capacidad y salir de la mediocridad, como bien se menciona en la lectura. De esta forma sus logros se pueden reconocer, deben ser tangibles, no por tener una licenciatura o maestría cursada pueden asumir que son buenos docentes.

“El verbo educar no viene del latín educare “alimentar”, sino de educhere “sacar de”. Esta definición me parece muy acertada para argumentar la práctica común entre muchos maestros que todos han tenido, esta es la de transmitir información para ser memorizada como uno fuera una máquina, tal cual como llenar un recipiente. La verdadera educación esta en la reflexión, en lograr la admiración, el asombro, la inspiración, elementos que permiten la creación de ideas y la crítica y análisis de los conceptos establecidos. Es una cuestión como se menciona en la lectura de reformar el sistema educativo, de pies a cabeza.

La disciplina es necesaria para lograr muchas cosas, pero en lo personal no aplaudo los métodos de antaño, que en muchos casos los métodos para lograr una disciplina pueden provocar el efecto opuesto: reprimir, desinteresar, alejar, humillar, etc. Los sistemas demasiado autoritarios tienden a caer en el abuso de poder al otorgarle al maestro una jerarquía que incluso le permitía golpear a un niño. Este grado de disciplina no es al que se refiere la autora en el documento, pero me parece pertinente mencionarlo. La noción del concepto de maestro ha cambiado mucho debido a las exigencias de las personas y no está del todo equivocado. El maestro puede estar al nivel de los estudiantes, pero de ninguna manera se debe perder el respeto por la figura, finalmente sí tiene que imponer una autoridad sin abusar de ese poder.

Sin duda alguna el sistema educativo necesita de mayor disciplina para lograr diferentes cosas, disciplina para progresar y lograr metas concretas, disciplina en la selección de sus alumnos y maestros, etc. Concretamente en nuestro país necesitamos empezar por el organismo que rige la educación, la SEP. No serviría de nada reformar al maestro y al estudiante, si todo el sistema que los envuelve es obsoleto.

Por otra parte la actitud del estudiante también necesita cambiar, la educación no empieza en la escuela, los padres tienen una enorme responsabilidad en formar a sus hijos desde pequeños, necesitan construir ese carácter de curiosidad, reflexivo, comunicativo, etc. Los padres pueden alentar y fomentar de la misma forma que puede desalentar y reprimir. De esta manera un niño que tiene una disposición y talento nato para la música, puede perder todo interés en ello cuando sus padres le dicen – mejor piensa en dedicarte a algo que te deje para vivir –. De nuestros padres adquirimos muchas actitudes y hábitos, los cuales nadie nos garantiza que son los correctos para desarrollarnos como individuos y sociedad. Termina siendo un ciclo viciado, el estudiante que pasó “dormido” toda su vida, por ende transmitirá esos valores negativos a sus hijos.

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