Sánchez Gutiérrez Aidée
25-03-2010
Lectura Falling for science, Sherry Turkle
Con sinceridad no recuerdo haber tenido algún tipo de juguete que me encantara o que luego me sirviera o entusiasmara lo suficiente como para definir aquello que quería ser por toda mi vida, sin embargo me acuerdo claramente que siempre me entusiasmo ver como se construían los edificios, las casas, los puentes y demás, me encantaba ver esas grandes maquinas moviendo los materiales de aquí allá y luego ver el edificio construido, era algo medio mágico, por mucho tiempo asimile este proceso de la construcción a como suele ser la vida de un ser, que se engendra, nace, se desarrolla, madura y al final muere, siempre vi una construcción como algo muy “vivo” en su proceso de creación, pero dicho gusto si puedo decir estuvo cimentado en algo radical en mi vida, ya que tuve la oportunidad de crecer en un hogar maravilloso en donde constantemente se podía compartir las experiencias y colaborar en las tareas y labores de los demás miembros de la familia, esto nos ayudo no solo a aprender a trabajar en equipo si no el aprender a convivir en ese mundo de diferentes profesiones, mi papá aunque dedicado a las leyes siendo un abogado empírico, ha sentido siempre la pasión por el diseño y todo aquello que tiene que ver con la arquitectura y la construcción, entre ello los levantamientos de terreno a los cuales me permitió acompañarle en varias ocasiones, sirviéndome esto para reafirmar algo mas mi gusto por este mundo que consideraba de cierta forma especial, hoy me doy cuenta que afortunadamente mis hermanos heredaron de mi papá ese gusto por las leyes, mientras yo fui la mas afortunada ( eso creo firmemente) ya que me toco la mejor y mas divertida parte, el gusto por crear y construir. Desde pequeña fui como “la aprendiz” de todos sus procesos y métodos que aunque no se basaban ciertamente en teorías cien porciento comprobadas, eran tan validas como ellas, en su compañía aprendí algunos trucos de diseño y otros de instalaciones, sorprendentemente al ingresar a la facultad de arquitectura, los mas importantes conceptos de diseño que iba a aprender eran aquellos que mi papá ya me había enseñado, esto me demostró que muchas veces la practica es tan valida para aprender como las teorías enseñadas en una clase, sin lugar a dudas tuve muchos juguetes aunque como niña siempre pude haber tenido mas, aunque al final en su mayoría terminaron en un cesto de basura sin cabeza, sin piernas o brazos, pero en mi caso creo que fue ese ver el gusto con que mis papás realizaban sus correspondientes trabajos y como constantemente se interesan en otras áreas de conocimiento y no se detienen ante la imposibilidad de conseguir un titulo, para aprender sobre ellas y hasta trasmitir dichos estudios, pienso que fue esto lo que me llevo a querer ser una arquitecta, definitivamente esto es lo que determino lo que soy hoy y define aquello que aun sigo buscando para convertirme en quien anhelo todavía ser.
25-03-2010
Lectura Falling for science, Sherry Turkle
Con sinceridad no recuerdo haber tenido algún tipo de juguete que me encantara o que luego me sirviera o entusiasmara lo suficiente como para definir aquello que quería ser por toda mi vida, sin embargo me acuerdo claramente que siempre me entusiasmo ver como se construían los edificios, las casas, los puentes y demás, me encantaba ver esas grandes maquinas moviendo los materiales de aquí allá y luego ver el edificio construido, era algo medio mágico, por mucho tiempo asimile este proceso de la construcción a como suele ser la vida de un ser, que se engendra, nace, se desarrolla, madura y al final muere, siempre vi una construcción como algo muy “vivo” en su proceso de creación, pero dicho gusto si puedo decir estuvo cimentado en algo radical en mi vida, ya que tuve la oportunidad de crecer en un hogar maravilloso en donde constantemente se podía compartir las experiencias y colaborar en las tareas y labores de los demás miembros de la familia, esto nos ayudo no solo a aprender a trabajar en equipo si no el aprender a convivir en ese mundo de diferentes profesiones, mi papá aunque dedicado a las leyes siendo un abogado empírico, ha sentido siempre la pasión por el diseño y todo aquello que tiene que ver con la arquitectura y la construcción, entre ello los levantamientos de terreno a los cuales me permitió acompañarle en varias ocasiones, sirviéndome esto para reafirmar algo mas mi gusto por este mundo que consideraba de cierta forma especial, hoy me doy cuenta que afortunadamente mis hermanos heredaron de mi papá ese gusto por las leyes, mientras yo fui la mas afortunada ( eso creo firmemente) ya que me toco la mejor y mas divertida parte, el gusto por crear y construir. Desde pequeña fui como “la aprendiz” de todos sus procesos y métodos que aunque no se basaban ciertamente en teorías cien porciento comprobadas, eran tan validas como ellas, en su compañía aprendí algunos trucos de diseño y otros de instalaciones, sorprendentemente al ingresar a la facultad de arquitectura, los mas importantes conceptos de diseño que iba a aprender eran aquellos que mi papá ya me había enseñado, esto me demostró que muchas veces la practica es tan valida para aprender como las teorías enseñadas en una clase, sin lugar a dudas tuve muchos juguetes aunque como niña siempre pude haber tenido mas, aunque al final en su mayoría terminaron en un cesto de basura sin cabeza, sin piernas o brazos, pero en mi caso creo que fue ese ver el gusto con que mis papás realizaban sus correspondientes trabajos y como constantemente se interesan en otras áreas de conocimiento y no se detienen ante la imposibilidad de conseguir un titulo, para aprender sobre ellas y hasta trasmitir dichos estudios, pienso que fue esto lo que me llevo a querer ser una arquitecta, definitivamente esto es lo que determino lo que soy hoy y define aquello que aun sigo buscando para convertirme en quien anhelo todavía ser.
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