TRIAS GIL, MARÍA XIMENA
17 de Marzo del 2010
ENSAYO sobre la lectura "El mundo y sus demonios Prólogo"
Carl Saga.
Reflexionando sobre ésta lectura, basada en un entorno histórico donde la, la mecanización, la industria estaba en su auge en pleno desarrollo, en el comienzo del S.XX. y en donde la segunda guerra mundial era el marco en donde ésta historia convivía.
La historia comienza con imágenes opuestas, comentando una pelea que tuvo el niño y que sufrió un accidente golpeándose la mano contra un cristal, y que tuvieron que darle dos puntadas etc. Su mamá le deja ver que eso no es nada al lado de la terrible guerra que está aconteciendo del otro lado del Atlántico, la segunda guerra mundial, mientras él descansa al calor del hogar en su departamento.
Él niño no sabía a qué se refería pero tenía la curiosidad e imaginación natas, de un pequeño “científico”, ese es el origen de la investigación, siempre querer buscar, imaginar, indagar y resolver una incógnita, un problema, y finalmente transmitir y aplicar un nuevo conocimiento.
Sus papas eran de origen humilde y no tenían conocimientos sobre ciencia, pero influyeron y apoyaron desde sus comienzos la actividad y profesión que más tarde él desarrollaría, la astronomía. Su papá comenzó enseñándole sobre el cero como punto de origen en aritmética y que los números eran infinitos. De ahí nació la curiosidad del niño por conocer, buscar esa “infinidad” a la que él creía poder llegar y vio que hasta el mil ya eran números con una gran magnitud.
Otras de las cosas que influyeron en su carrera fue esa primera exposición a la que asistió en 1939 a la Feria Mundial de Nueva York, que sus padres lo llevaron, en donde pudo vivir diferentes experiencias, y tener una visión de un futuro “perfecto” que la ciencia y la tecnología habían hecho posible, como por ejemplo “Vea el sonido”, “Escuche la luz”, decía, un mundo nuevo para esa época y para él.
Sin querer sus papas le enseñaron la base del método científico, introduciéndolo simultáneamente en el escepticismo y lo asombroso.
En la escuela elemental no tuvo profesores de ciencia que lo inspiraran, solo fue la memorización de tablas, las diferencias entre un elemento y otro, pero como él decía “ninguna sensación de maravilla, ninguna indicación de una perspectiva evolutiva”. No se los estimulaba a profundizar en sus ideas, ideologías, intereses o errores, siempre fue memorizar. Pero él siguió su propio deseo de descubrir, investigar, siendo podríamos decir autodidacta en ese “método” de investigación, manteniendo su interés por la ciencia leyendo libros y revistas sobre realidad y ficción científica. Hasta que llegó a la universidad de Chicago y ahí sí se sintió satisfecho con maestros que no solo entendían de ciencia sino que eran capaces de explicarla.
Tuvo un programa de estudios general diseñado por Robert M. Hutchins en el que la ciencia se presentaba como parte integral del conocimiento humano.
Él comenta que lo esencial sobre ciencia no lo aprendió de sus profesores sino de sus padres que no sabían nada de ciencia, desde el año 1939.
Todo éste comienzo que comenta Carl Sagan, me remonta a mi infancia en la que como ese niño, no tuve casi inspiración familiar, ni de mis antepasados, para poderme lanzar e inmiscuirme en el Arte y el Diseño como lo hice, todos ellos eran y son médicos e ingenieros. Pero siempre hay algo que nos motiva, que nos lleva a querer descubrir y es esa dualidad entre el escepticismo y lo asombroso el que nos hace querer buscar respuestas, a nuestras inquietudes y deseos.
Fue mi sed de descubrir que podía hacer y desarrollar detrás de toda ésta profesión, mi entusiasmo por actuar y continuar a pesar de todo, y por suerte el apoyo incondicional de mi familia, al igual que la familia de Sagan.
Hay algo innato del que no podemos apartarnos aunado en nuestro desarrollo personal que es nuestra fuerza interna por conocer, desarrollar e investigar sobre algo que nos mueve, nos motiva en la vida.
Y por supuesto teniendo una finalidad indiscutible y necesaria, un compromiso social y académico, la de formar nuevos conocimientos y transmitirlos, para crear nuevos acontecimientos en la vida científica.
miércoles, 17 de marzo de 2010
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