Comparto al 100% el punto de vista de Alean Cooper con respecto a esta lectura que a su ves va muy ligada con el término que usa Allan Chochinov , “Climates before primates” (1), en el que pone como duda si el diseño sirve a las personas o si más bien estamos haciendo más complejo y frustrante la forma de utilizar los objetos. Creo firmemente que el tema de relación objeto computarizado y usuario debiera de ser MEGA-PLUS-ULTRA importante hoy en día que como lo muestra el autor, todo objeto en su mayoría cuenta ya con un sistema computarizado, aunque sea básico.
Existen dos ramas en las que se debe poner mucha atención para h hacer que un objeto sirva amigablemente y de manera fluida con los usuarios y son la programación y el diseño interfaz, o como lo menciona el autor, diseño de interacción. Pongo un ejemplo claro y creo que algunos de los que nuestra carrera exige mucho tiempo detrás de una computadora y ha pasado por dos de los más importantes sistemas operativos podrá coincidir conmigo. Toda la vida usé PC y durante mucho tiempo sufrí de una enorme fricción cognoscitiva, tal cual con ganas de aventar el teclado y creo que sí en una o dos ocasiones le llegué pegar al monitor, lo cual no importaba tanto puesto que eran sumamente grandes y pesados; después tuve la suerte de pasarme a la compañía de competencia MAC la cual me dio otras formas de fricciones cognoscitivas en mucho menor proporción y lo mejor fue que me quitó muchas otras que traía arrastrando de Windows. La verdad puedo decir que trabajo mejor y se me cae menos el pelo puesto que en las entregas de proyectos mi computadora ya no se congela.
¿Qué está pasando que las compañías no están viendo la urgencia de atender este gran problema? Todo mundo usa objetos que no satisfacen las necesidades que debieran de cumplir y se hace muy poco al respecto. Los diseñadores tenemos en este rubro un compromiso enorme que debe de comenzar desde antes de la fase de diseño y lo pondría en el análisis cognitivo y ergonómico de las funciones que necesita el objeto a desarrollar y que van de la mano con la programación. Que a su ves esta programación tiene que estar diseñada con este mismo enfoque para que los dos puedan tener la interrelación buscada para un objeto exitoso.
Aquí es donde creo que el diseñador tiene que tener ala iniciativa. Los empresarios dueños de una empresa van a seguir necesitando productos que cumplan con la función , no muy buena como hemos visto, y van a seguir contratando a diseñadores y programadores que solamente se van ven relacionados cuando el producto se arma para vender. Para poder cambiar este ciclo de producción tenemos que hacer notar nuestro punto de vista, convencer al que se tenga que convencer, opinar, presentar nuevas propuestas, en fin hacer algo. No podemos esperar a que alguien lo haga por nosotros, debemos de tomar las riendas para lograr un buen diseño, que sabemos que no se basa sólo en esto pero aporta de manera sustancial.
¿Qué queremos buscar con nuestros diseños? Que funcionen es una de las primeras respuestas que le damos comúnmente, y creo que se podría complementar mencionando que funcionen bien, lo cual para es distinto. Más que hacer una lista de los puntos a seguir creo que la posible solución está en la concientización y esto llevará a la creación de un buen producto que guste a la gente y que se venta de forma que los dueños de las empresas, que al final son los que costean y confían en las aportaciones de los diseñadores, pues quedarán contentos y convencidos que es una buena solución pensar en diseños interdisciplinarios.
1.- Chochinov, Allan. 1000 Words: A manifiesto for sustainability design, 9 abril 2007.
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