jueves, 27 de mayo de 2010

Innovation begins with an eye

HERNANDEZ ROMERO YISSEL
27– Mayo – 2010
Innovation begins with an eye

El diseño industrial al igual que cualquier otra disciplina requiere de una gran capacidad creativa, obviamente siendo más evidente en la primera dada la materialización formal de las ideas. El desarrollo de las habilidades creativas ha sido traducido a técnicas que facilitan o estimulan el pensamiento divergente, sin embargo su aplicación en problemas reales requiere algo más que “chispazos”, es necesario más bien una visión de tipo proyectiva para llevarlas a cabo, en este último caso produciéndose una innovación.

La lectura “Innovation begins with an eye” de Tom Kelly expone varios “consejos” para innovar en el área de diseño de productos, que más que recetas para momentos específicos, son extensivas a una actitud creativa permanente y constante. Varias de las propuestas de Kelly tienen que ver con la curiosidad infantil, la cual lejos de dogmas y parámetros establecidos sobre lo que debe ser, se permiten mirar el problema desde distintos enfoques, con lo cual se puede llegar a soluciones nuevas, simples y originales.

Las primeras propuestas a) No hay preguntas tontas y b) Visión infantil, pueden ser consideradas como las actividades iniciadoras, cuya función principal es preparar al diseñador para abrir su mente y analizar en todos los ángulos posibles, especialmente aquellos que en un inicio se considerarían impensables o imposibles. Las siguientes propuestas son un poco más sistemáticas pues implican el imaginar futuros escenarios y posibles usuarios con el objetivo de adelantarnos a los probables problemas que pudieran surgir.

Las estrategias al igual que cualquier método proyectual ayudan mejorar la capacidad creativa del diseñador industrial, pues este debe enfrentarse a los problemas en relación a los usuarios, requiriendo para ello scapacidad comunicativa para mostrarlas, todas estas etapas de igual importancia en el desarrollo de un proyecto. De nada vale contar con tecnología de punta si el diseño no logra impactar o en caso contrario, un diseño interesante que funcionalmente deje mucho que desear. Aunque bensibilidad artística y humana para integrar los elementos tecnológicos, mercadológicos y funcionales. La innovación por tanto necesita de buenas ideas, conocimientos y recursos para materializarlas y ien hay casos en que un producto deficiente –en cualquiera de los dos sentidos- puede tener éxito.

En este papel de “traductor” el diseñador debe ser capaz de entender la esencia del objeto en relación a las interacciones con el usuario, entender los objetos como extensión del hombre. Bajo esa perspectiva los engranes, botones y estructuras se convierten en elementos de comunicación. Ergonomía, psicología y emoción deben ser los elementos principales que determinen la forma, sin olvidar los elementos “internos” como son tecnología y materiales.

Ideas, creatividad e innovación, palabras constantes en la vida personal y profesional de un diseñador, que lo llevan a romper las reglas para proponer una mejor estructura de estas o definitivamente eliminarlas. La innovación en el diseño industrial encuentra un terreno fértil y casi infinito de aplicaciones, desde complejos mecanismos de precisión hasta propuestas conceptuales de mera satisfacción intelectual, es básicamente decisión personal o demanda del rumbo profesional el que determine el camino a seguir. (2881 caracteres)

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