miércoles, 19 de mayo de 2010

González Bárcenas Jaime
20 mayo del 2010
“Horacio Durán Navarro” Maestros detrás de las ideas, UNAM
Ensayo 11

Horacio Durán Navarro, iniciador del diseño industrial en México. Autodidacta, humanista, líder moral de la comunidad de diseño.

Horacio pudo haber dicho: “Si el diseñador da forma a los objetos debe ser capaz de dominarla”. Para mí, que construyo esta frase, fueron sus estudios artísticos, y no los técnicos (recuérdese que estudia ingeniería) los que lo guían por los caminos del diseño: trabaja haciendo escenografías, colabora con arquitectos y en 1950 un fabricante de muebles le pide que haga unos “dibujos”, en realidad le pedía que “diseñara unos muebles”.
Inclinado hacia el diseño trabaja para desarrollar la profesión en México y conoce de las teorías de la mítica escuela de diseño alemana Bauhaus, de donde toma algunas ideas como los cursos básicos.
En la carrera de diseño industrial fundada por él en la UNAM incluye en el plan de estudios una materia para la experimentación: “Taller de la Forma” donde guiados por artistas, los alumnos intervienen directamente los materiales con las manos y crean formas, como en cualquier escuela de arte: se talla madera, se moldean resinas y arcillas, se hornean esmaltes, etc. Todo, para mí, estimulante y muy disfrutable. Su intención es desarrollar la sensibilidad por las “buenas formas” y aumentar la capacidad de construirlas integralmente en los objetos producidos para la industria. Horacio explica “yo tengo mi propia definición de arte: es la buena factura de formas de expresión del sentimiento”.

Para él es posible construir una teoría del diseño a partir de la contemplación: “Lo que antecede a la teoría es la contemplación junto con reflexión. Entonces partimos de contemplar un objeto de diseño para desmenuzarlo”, del objeto se deduce una utilidad que es la que se busca satisfacer. Para darle forma al objeto si bien se obedece a la necesidad, el diseñador dispone de alternativas diversas donde encuentra un espacio de elección, que él explica como la “libertad de la forma” y que también calificó como “un salto al vacío” (acto circense de contorsión y acrobatismo que hoy hemos transformado) y que admite inclinarse por una u otra idea con la única condición de que no se olvide la pertinencia y validez de la forma en cuanto responda a la necesidad de origen. Así la configuración del objeto concreto resulta en un aumento del valor, tanto de uso como de cambio, “y así se sigue…”
Horacio Durán cree en el diseño y su percepción no es ingenua, dispone de evidencias concretas que los diseñadores egresados están produciendo. Dice “el diseño en México es de alto nivel…están en primera línea” y tienen entre las más modernas herramientas para desempeñarse con éxito.
Advierte, no basta con el dominio de las tecnologías, por más modernas que esta sean, es primordial “tener bien estructurado el hemisferio derecho (-el chicharito, dice-) junto con la intuición y con lo estético”. Además un diseñador necesita de mucha información.
Recuerda que, igual que él lo afirma, el famoso arquitecto Le Corbusier comentó: “…las ingenierías son análisis y cálculo” (todo muy racional en cuanto cuantificable), mientras que los diseños son “síntesis y creación”, algo más especulativo, más intuitivo y derivado de procesos mentales inconscientes que aún no han sido descritos en su totalidad. Tema para la reflexión.
Bajo su tutela, la carrera de diseño industrial en la UNAM se construyó fuerte para convertirse en un centro de enseñanza influyente más allá de las fronteras del país: por ella han pasado diseñadores de diversos países de América Latina expandiendo su radio de influencia.

Entre los más de mil egresados, yo, uno de ellos, construyo mi vida alrededor del diseño y es por el mismo diseño que parte del mundo (-no-quiero-ser-presuntuoso-y-por-eso-digo-parte-) se abre ante mí (-he-salido-a-otros-territorios-con-otras-lenguas-) y me comparte de sus resplandores y sus misterios, y recordando la contemplación de una Aurora Boreal (-pocos-pueden-decir-que-han-visto-una-), mi espíritu impresionado se expande y lleno se suma a la voz de aquel poeta (¿Neruda?) que con los pies desnudos tocando la tierra húmeda quiere decir con voz firme: confieso que he vivido… en el diseño.

Le debo varias al maestro Horacio Durán Navarro. Descanse en paz.

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