jueves, 13 de mayo de 2010

Lectura #10 Adivinanzas de la era de la información

HINOJOSA LOPEZ JAVIER

¿Que ha pasado? En donde han quedado esos días en donde las maquinas no solo nos obedecían, sino incluso nos divertían en lo elemental de su función e interacción con nosotros.

Las computadoras han generado una nueva interacción tremendamente compleja. Al Tiempo de sintetizar muchas de nuestras labores, nos acorralan sin salidas, en una jaula en donde nuestra voluntad y su interacción con la realidad se ha desvanecido.

Quizás la invención de una Santita de la interfaz nos ayude a nosotros los mexicanos tan devotos, a ejercer una mejor relación con los controles de los aparatos domésticos que nos rodean.

Recuerdo una parodia de Héctor Suárez en donde un mexicano migrante, dentro del metro de NY o LA aturdido por la increíble interacción (fricción cognoscitiva) necesaria tan solo para poder llegar al anden, finalmente reconoce alguna similitud con lo que ya conoce, el metro de México y piensa que eventualmente algún tren aparecerá y lograra su objetivo de transportarse, el mexicanito se relaja un poco y se recarga en una manivela aparentemente sin función alguna, en ese momento un terremoto azota la ciudad, las luces se prenden y se apagan, varios objetos caen al suelo, la gente entra en pánico, las luces de emergencia se activan, y las alarmas no cesan de emitir un brutal y repetitivo graznido. El asunto rápidamente se calma, el mexicano salta como un tigre y corrige la posición de la manivela, al tiempo que huye de la escena no sin antes observar si alguien se ha percatado de su tremendo error de interfaz. Mas que confusión el diseño de interfaz ha generado verdadera paranoia.

En uno de los muchos intentos de enseñar a su padre los movimientos mas básicos de una PC, mi novia, señalando con el dedo índice, ordeno a su interlocutor textualmente: “pon el Mouse aquí” refiriéndose obviamente al cursor dentro de la computadora, ante la sorpresa de ella, su padre tomo el objeto Mouse y lo coloco justo en donde su hija le había indicado directamente sobre la pantalla. Estamos hablando de un doctor en ciencias sociales. Sin ninguna paranoia, pero con tanto rezago de fricción cognitiva virtual que obedece incluso la mas absurda de las instrucciones.

El texto es muy enfático en los ejemplos de colonización por parte de las computadoras y su diseño de software a casi cualquier maquina de la era pasada, nos enfrentamos a una especie de totalización del software lo que el mismo autor llama el “software apartheid” en donde dos clases emergentes comienzan a hacerse visibles, con irregularidades y desigualdades dramáticas, los llamados Apologistas y los supervivientes. Los primeros iluminados por el saber profundo de las funciones de lo invisible y los segundos condenados a la fatalidad de la realidad material, en donde las montañas no se mueven por ordenes de una computadora y ante el sometimiento adquirido (síndrome de Estocolmo) somos capaces de comportarnos como unos verdaderos idiotas. E incluso aceptarlo.

El texto es extenso es sus ejemplos y claro en sus intenciones, el tema que toca en realidad es muy consistente, se trata de un asunto que tiene que discutirse y que incluso debería legislarse en las cámaras de diputados, y senadores. Los diseñadores jugamos un papel central en este asunto. El diseño debe comenzar por ganar terreno no solo en estos campos, exigiendo, levantando la mano y finalmente demostrando que no somos un lujo sino una imperiosa necesidad.

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